viernes, 28 de enero de 2011

Gran jefe "Cafetera loca" es del Sevilla


Aún estoy que no salgo de mi asombro. No todos los días se conoce al hijo de un gran jefe indio seguidor de los Steelers de Pittsburgh y del Sevilla de Del Nido. Cosas de la globalización dirán algunos, yo que soy un romático quiero creer que el fútbol todo lo puede, hasta juntar en un sport bar de Los Angeles al hijo de un albañil español y a un indio Yurok para ver un partido de Copa del Rey entre Sevilla y Madrid.

Cafetera loca, que así llamamos a nuestro amigo nativo americano cariñosamente, es una de las mejores personas que conozco. No falta nunca una de sus bromas cada vez que me ve, y en su terrible español me suelta un: “Barcelona jugar fútbol. Madrid gracias sólo cinco”. Lo peor es que no le falta razón al  jodío. Su peculiar forma de hablar castellano era la culpable, al menos eso suponía yo, de su original mote. No sospechaba que de verdad fuera nativo americano, como es polítcamente correcto decir. Dado que soy el único en todo el local, aparte de las camareras, y dado que él es el dueño; Cafetera loca hace una excepción y nos sirve a ambos unas cervezas olvidándose de que tiene por costumbre no servir alcohol antes de las 12 del mediodía, y entre una cosa y otra acabamos hablando de nuestras vidas y familia. Así es como me confiesa sus raíces indias para terminar hablando de lo que realmente nos gusta a los dos: El fútbol. Paso de llamarlo soccer.

En la tele la ESPN muestra a la afición del Sevilla cantando el himno y confieso que me emociono. Olvidándome de que soy madridista y sintiéndome orgulloso de ser español me pongo de pie y me lanzo a cantar yo también. Cafetera loca me mira sorprendido y comprendo que empieza a arrepentirse de servir alcohol a deshoras. Sin embargo, al rato me pregunta si es un himno como el del Liverpool a lo que respondo que sí, y de esa manera me comenta que él es seguidor del Arsenal pero que le gusta ver que la gente canta y se lo pasa bien, aunque no entienda lo que dicen. Acaba de decidir que desde hoy piensa hacerse fan del Sevilla porque le ha impresionado como la gente vive los partidos. Entre bromas se sincera y me exlica que también lo ha decidido porque lo de pintarse la cara y cantar también es muy de tradición india. ¡Qué coño!, ¿hay motivos mejores que esos para hacerse de un equipo?.

Entre cervezas, vamos viendo como Benzemá pasa de ser gato a ser tigre y adelanta al Madrid con un golazo. Poco a poco los ánimos sobre el césped se va calentando hasta llegar al gol fantasma de Luis Fabiano. Yo, claro, celebro el no gol como si me fuera la vida en ello ante la mirada de todos los trabajadores del local que ni saben ni entiende a qué tanto alboroto. A Cafetera loca le da la risa y dice que está convencido de que es gol y saca a relucir el robo que le hicieron a Inglaterra en el mundial y que no entiende cómo no hay un replay en el fútbol para que el árbitro decida. Hoy más que nunca, me niego a repeticiones en el fútbol por razones obvias. Ya en el descanso nos pedimos otras cervecitas y le cuento que Mourinho ahora no da ruedas de prensa para no calentar los partidos. Él, que conoce a Mou como buen seguidor de la Premier, no sale de su asombro porque si algo es el portugués es provocador y polémico. Además, aprovecho para contarle las genialidades de Del Nido y sus bravuconadas de anuncios y subidas de sueldo y que en España ya vamos servidos de prepotentes, tontos, y echaos “pa’lante” como para que Mourinho se sume a la fiesta. Y he aquí, que Cafetera se marca una pequeña leyenda Cherokee, aunque el confiesa que él es un indio Yurok, a colación de todo esto de los insultos y salidas de tono antes de los partidos  para explicarme que no le gustan esas cosas de menospreciar a los rivales. La comparto con todos:
Cuenta Cafetera loca que el hombre espíritu de la tribu reunió a todos los niños alrededor del fuego y les dijo: “Tengo dos lobos dentro de mí luchando uno contra el otro en una larga batalla. El primero es el lobo de la amistad, del honor y del respeto a los mayores. El segundo es el lobo del miedo, la venganza y del odio”. Después de un rato en silencio, uno de los niños le pregunta: “¿Qué lobo ganará la batalla?", a lo que el hombre espítitu responde: ganará el lobo al que yo alimente.

Cafetera me explica que debe ser que Mourinho se ha hecho viejo porque el que él conocía de Inglaterra jamás hubiera renunciado a entrar en polémicas, aunque por lo que cuento de cómo se las gastan otros presidentes como Del Nido en España, a lo mejor es que ahora le ha dado miedo entrar en disputas ante tales enemigos. Personalmente, dudo que sea esa la razón. Entre tanto van pasando los minutos y el marcador no se mueve en el Pizjuán aunque ocasiones no faltan y desde luego entradas feas y fuertes tampoco. Al final y para mi alivio termina el partido sin que haya más goles. La verdad es que ha sido un rato muy entretenido, también por la compañía. Cafetera me pregunta cuándo vuelve a jugar su nuevo equipo español y el mío. A ver si puedo escaquearme del curro también ese día.

Ya me despedía para volver a la oficina cuando en la ESPN ofrecen imágenes de Casillas por los suelos y botellas volando. De verdad que no pude sentir más pena. No sólo por Casillas, que a fin de cuentas no merece ese trato y que es capitán de la selección española de todos, sino por la imagen que de España se ve en Estados Unidos. Cafetera loca tiene la vista clavada en las imágenes y como español, siento vergüenza ajena de mis compatriotas y no puedo más que musitar unas pésimas excusas llenas de tópicos ante mi amigo extranjero. Son sólo dos o tres idiotas, esto no es lo habitual (No es cierto, todos los años pasa lo mismo en algún partido). La ESPN muestra a los recogepelotas escondiendo el arma del delito mientras Casillas está tendido en el césped sin que nadie se preocupe por él. Mi amigo y nuevo seguidor del Sevilla nota mi incomodidad por lo ocurrido e intenta ahorrarme el sonrojo de dar explicaciones que por otra parte, a mí no me corresponde dar, y con su habitual buen humor y pésimo español me responde con un: “Tú recordar. No alimentar lobo equivocado sino pasar así”, mientras señala la televisión.

Cuánta sabiduría encierran sus palabras pienso, y qué pocos motivos de orgullo hay últimamente para sentirse español: Paro, corrupción, políticos papanatas... ¡Dios, ojalá pudiera ver el Mundial de Balonmano en la ESPN!. ¡Ojalá hubiera Mundial de Fútbol este verano otra vez!.