lunes, 13 de febrero de 2012

Guardiola a 10: Licencia para increpar

Hay que ver lo bien que le queda el traje de Hugo Boss al entrenador del Barcelona. Todo sea dicho, tiene una percha estupenda y a pesar de la edad y de estar retirado hace años conserva un figura finísima. Se ve que cuida mucho su imagen y  tiene buenos asesores. Si serán buenos sus “asesores” de imagen que tras su última derrota en Pamplona consiguieron que nadie echará de menos que ni un solo periodista fuera capaz de hacerle la pregunta que cualquier profesional honrado debía haberle formulado. Solo faltaron los aplausos en rueda de prensa como ya había habido en otras ocasiones.

Pep mandando por ahí al cuarto árbitro
Además de un currículum repleto de títulos de Champions, Ligas y Copas del Rey, Pep también tiene un historial de "incidentes" en el banquillo que ya podría firmar el mismísimo Lute si entrenara equipos fútbol. Conviene recordarlo todo para que la gente sepa quién es en realidad: Un grandísimo técnico con un palmarés envidiable y un sinverguenza en la banda que se dedica a quejarse de los árbitros, insultar y menospreciar a los rivales, y a encararse con los técnicos del contrario. Todo con la asquerosa complicidad de la prensa catalana que oculta y disimula todos estos horribles actos antideportivos. Empecemos a enumerar.

Nada más y nada menos que 3 expulsiones entrenando el filial incluyendo una por llamar “sinverguenza” al colegiado del encuentro. Bueno, la Segunda B es complicada y el nivel arbitral escaso, podría entenderse que hubiera perdido los papeles alguna vez, ahora bien, incluso ganando y en la élite, Pep tiene una vena de Boixo Nois muy marcada que los periodistas catalanes se esfuerzan en maquillar, no por su rapado cogote que luce elegantemente, sino por sus burdas increpaciones desde el banquillo. Ahí está el ejemplo del día del Copenaghe, en el que no tuvo más feliz idea que encararse con el técnico rival, que padecía del corazón, y tras decirle de todo menos guapo, mandarlo callar como si fuera un apestado para después correr a esconderse tras Busquets. Pero no solo Guardiola falta al respeto y humilla a la gente en Europa, también lo hace en España. Ahí está la bronca que tuvo con Garrido, con quien se encaró no sin antes pasarse 30 minutos diciéndole de todo y quejándose de la actitud de su rival que según él, perdía tiempo. Ojo, que no acaba ahñi la cosa: El Boixo nois Guardiola ya había sido sancionado por acusar, nada más y nada menos, que de mentir a un colegiado en la redacción de un acta. Acusaciones éstas que además de ser falsas fueron motivo de que la federación le sancionase porque hasta ahí podíamos llegar.

Busquets separando a Guardiola y al técnico del Copenhage
Esto cuando ganaba, porque cuando el señorito Guardiola pierde es capaz de cosas tan lamentables como las que hizo en Pamplona y por la que ni un solo periodista fue capaz de preguntarle en la rueda de prensa. Tras comprobar en un monitor que el colegiado había acertado al anularle un gol a su equipo, se dedicó a perseguir al asistente, acosarlo, insultarlo y encima pretender engañarlo diciéndole que se había equivocado en el fuera de juego haciéndole gestos con las manos. Todo ello mintiendo más que Judas ya que había comprobado en la televisión que el gol estaba bien anulado. A pesar de todo su reacción puede entenderse, su equipo se quedaba a 10 puntos en Liga y perdía casi oficialmente el título en febrero. Otro récord para su palmarés.

Para que nadie se equivoque contémoslo todo, lo bueno y lo malo, porque es lo justo y además, es la verdad. Guardiola ha cosechado muchos éxitos y demostrado su valía con grandes logros deportivos, pero también a expensas de unos antecedentes “extradeportivos” que dan vergüenza ajena. Ya sabemos que la prensa catalana ha concedido a Guardiola licencia para increpar a todo el mundo y comportarse como un mamarracho sin el más mínimo reproche o pregunta, pero aún quedamos gente con ganas de mostrar a los mitos del deporte sin maquillaje ni oropel aunque en el proceso pierdan glamour y encanto.